sábado, 31 de marzo de 2012

Leyenda del Caa Yari

 EL CAÁ YARÍ


Esta interesante leyenda, india en su origen, y modificada después, en la época de la dominación jesuítica, es exclusiva de los Yerbales Paraguayos y sus protagonistas son los mineros (1) .
Dios acompañado por San Juan y San Pedro bajó a la tierra y se puso a viajar. Un día, después de una jornada penosa, llegaron a casa de un viejito, padre de una hija joven y bella, a quien quería tanto que para que se conservara siempre inocente fue a vivir con ella y su mujer en medio del bosque espeso, en donde aún no había penetrado hombre alguno.


El viejito era sumamente pobre, pero, a pesar de eso,  tratándose de forasteros, los hospedó lo mejor que pudo, y mató en su obsequio la única gallina que tenía y se la sirvió en la cena.


Al ver esta acción, y cuando quedaron solos, Dios preguntó a San Pedro y San Juan qué harían ellos en su lugar, a lo que contestaron ambos que premiarían largamente al viejito.


Dios, entonces, lo hizo llamar, y le dijo estas palabras, "Tu que eres pobre has sido generoso, yo te premiaré por esto. Tú posees una hija que es pura e inocente y a quien quieres mucho; yo la haré inmortal, para que jamás desaparezca de la tierra".


Y Dios la transformó en la planta de la yerba mate, y desde entonces la yerba existe, y aunque se corte vuelve a brotar.


Pero los mineros dicen que en vez de transformarla en yerba, la hizo dueña de la yerba, y que existe aún en los yerbales, ayudando a los que hacen pacto con ella.


El minero que quiere hacer pacto con la Caá Yarí, espera la semana Santa, y si está cerca de un pueblo entra a la iglesia, y promete formalmente que vivirá siempre en los montes, se amigará con ella, jurando al mismo tiempo no tener trato alguno con otra mujer.


Hecho este voto, se encamina al monte, depositando en una mata de yerba un papel con su nombre y la hora en que volverá para encontrarse con ella.


El día de la cita, el minero debe tener gran presencia de ánimo, pues la Caá Yarí, para probar su valor, antes de presentarse, lanza sobre él víboras, sapos, fieras y otros animales propios del monte, sin otro objeto que el de probarlo.


En recompensa de su serenidad, se aparece la Caá Yarí, joven, hermosa y rubia. Entonces el minero renueva sus juramentos de fidelidad y desde aquel día, cuando va a cortar yerba, cae en dulce sueño, durante el cual la Caá Yarí le prepara el rairo (2) con diez y ocho a veinte arrobas de peso, acompañándole al despertar y ayudándole a sostenerlo por detrás, hasta llegar a la balanza.  Como la Caá Yarí es invisible para todos, menos para él, se sube sobre el rairo, aumentando así su peso al entregarlo. De esta manera la ganancia del minero es mayor, pues trabaja a tanto la arroba.


Pero ¡pobre del minero que le sea infiel con otra mujer!. La Caá Yarí despechada, no perdona, mata.


Y cuando algún minero guapo muere en los yerbales de cualquier enfermedad, si él ha sido de carácter taciturno, los compañeros se susurran al oído: traicionó a la Caá Yarí.
La Caá Yarí se ha vengado.


Este leyenda mezcla de profano y de sagrado, salta a la vista que, en su origen, no debió ser así, pues la primera parte ha de haber sido agregada posteriormente.


El bosque se presta para las leyendas, y raros son los países en que él abunde y no posean algunas,  y hasta una misma se modifique muchas veces de provincia en provincia.


(1) minero es el termino yerbatero, empleado en el Paraguay, que sirve para indicar a los peones que van directamente al monte a descargar las plantas de yerba mate, y a esta operación se la llama: trabajo de mina.


(2) Rairo es otro término yerbatero, que sirve para indicar el paquete de hojas de yerba colocadas en una especie de red de cuero, de forma cuadrada, y que el minero lleva a la espalda, sujetándola con dos asas debajo de los brazos. Generalmente pesa de ocho a diez arrobas, o se 80 a 100 Kilos.

Pedro Favini, adiós a un Grande




 Pedro Favini, uno de los integrantes del legendario grupo "Trío San Javier" murió en la mañana del sábado 17 de marzo de 2012 tras chocar con su automóvil en la ciudad mendocina de San Martín, luego de desvanecerse debido a un aneurisma que derivó en la pérdida de conocimiento.


El hecho ocurrió el viernes por la noche cuando se produjo la colisión en la que se vieron involucrados varios vehículos y que le provocaron heridas graves al cantante.
El músico conducía su automóvil hasta que empezó a sufrir dolores que derivaron en la pérdida de conocimiento, lo que generó que su rodado empezara a chocar a otros vehículos.
Favini nació en Tucumán y el pasado 25 de febrero había cumplido 69 años.
El músico, que vivía desde hacía 8 años en la ciudad mendocina de San Martín, fue velado en la Cochería Emilio Alem y Boulogne Sur Mer, donde hubo muestras de dolor de familiares, amigos y de la comunidad artística.
"Falleció anoche. Andaba en el auto con el hijo y de pronto comenzó a chocar vehículos, parece que se le había bajado la presión. También pensaron que podía ser un riñón, pero parece que el foco estaba en otro lado", precisó Carlos Bazán, compañero en el "Trío San Javier".
"No se sabe si debido al choque que golpeó contra el volante, no puedo ser muy preciso pero parecería un aneurisma. Lo más duro para mí y para ella es que falleció", añadió Bazán en declaraciones a Cadena 3.
El 21 julio de 1975, Favini creó el Trío San Javier y sus compañero iniciales fueron "El Paz" Martínez y Pepe Ragone, aunque luego Bazán reemplazó a Martínez, quien empezó a descollar como cantante solista.
Desde aquel invierno del ‘75, cuando el Trío debutó en el barrio porteño la Recoleta, comenzó a recorrer el país en todas direcciones. Y así se convirtieron en eso que soñaron: “Los cantantes del amor, de las simples cosas, de nuestras costumbres y de la propia vida armonizada en canciones”. Un norte que los llevó hasta el escenario de Caesars Palace de Las Vegas y de allí a diversos festivales de Chile, Brasil, Colombia, Ecuador y México. 
En los ‘80 el Trío San Javier convocaba multitudes y fueron la banda de sonido de millones de hogares, junto a María Marta Serralima, Pimpinela y otros cantantes populares de la era “Finalísima”. 
En ese trío, un artista descollaba por su voz personalísima y sus composiciones. Hablamos de Pedro Favini, quien hace más de ocho años vivía en San Martín, Mendoza. 
Compuso más de 800 canciones, entre ellas "Será varón, será  mujer", "Quedate chiquilín", "Esa es mi mamá  linda", "La oma" y escribió temas para intérpretes de renombre como Mercedes Sosa, Soledad, Pimpinela, José Luis "El Puma Rodríguez" y Facundo Toro.
Asimismo, como director musical, compuso “Hasta mañana que descansen”, la canción de Topo Gigio. Su obra “La tabla de multiplicar” fue editada por Walt Disney Producciones. 
Ganador del Premio Prensario en el ‘79, OTI 1990 Argentina con el tema “Quedate Chiquilín”, además de otros reconocimientos importantes, en el ‘99 Favini recibió el Gran Premio Sadaic Música Nativa. 


Visite la página de Pedro Favini www.pedrofavini.com.ar

El Cura Gaucho , José Gabriel del Rosario Brochero




     El Siervo de Dios José Gabriel del Rosario Brochero nació en los aledaños de Santa Rosa de Río Primero (Córdoba) el 16 de marzo de 1840. Era el cuarto de diez hermanos, que vivían de las tareas rurales de su padre. Creció en el seno de una familia de profunda vida cristiana. Dos de sus hermanas fueron religiosas del Huerto.
        Habiendo ingresado al Colegio Seminario Ntra. Sra. de Loreto el 5 de marzo de 1856, fue ordenado sacerdote el 4 de noviembre de 1866.                                           
  Como ayudante de las tareas pastorales de la Catedral de Córdoba, desempeñó su ministerio sacerdotal durante la epidemia de cólera que desbastó a la ciudad. Siendo Prefecto de Estudios del Seminario Mayor, obtuvo el titulo de Maestro en filosofía por la Universidad de Córdoba.
A fines de 1869 asumió el extenso Curato de San Alberto de 4.336 kilómetros cuadrados. con poco más de 10.000 habitantes que vivían en lugares distantes sin caminos y sin escuelas. Incomunicados por las Sierras Grandes de más de 2.000 metros de altura. El estado moral y la indigencia material de sus habitantes eran lamentables. El corazón apostólico de Brochero no se desanima, sino que desde ese momento dedicara su vida toda no sólo a llevar el Evangelio sino a educar y romocionar a sus habitantes.
Vida y obra del Cura Brochero




Al año siguiente de llegar, comenzó a llevar a hombres y mujeres a Córdoba, para hacer los Ejercicios Espirituales. Recorrer los 200 kilómetros requería tres días a lomo de mula, en caravanas que muchas veces superaban las quinientas personas. Más de una vez fueron sorprendidos por fuertes tormentas de nieve. Al regresar, luego de nueve días de silencio, oración y penitencia sus feligreses iban cambiando de vida, siguiendo el Evangelio y buscando el desarrollo económico de la zona.
   En 1875, con la ayuda de sus feligreses, comenzó la construcción de la Casa de Ejercicios de la entonces Villa del Transito (localidad que hoy lleva su nombre). Fue inaugurada en 1877 con tandas que superaron las 700 personas, pasando por la misma, durante el ministerio parroquial del Siervo de Dios, más 40.000 personas. Para complemento construyó la casa para las religiosas, el Colegio de niñas y la residencia para los sacerdotes.
        Con sus feligreses construyó mas de 200 kilómetros de caminos y varias iglesias, fundó pueblos y se preocupó por la educación de todos. Solicitó ante las autoridades y obtuvo mensajerías, oficinas de correo y estafetas telegráficas. Proyectó el ramal ferroviario que atravesaría el Valle de Traslasierra uniendo Villa Dolores y Soto para sacar a sus queridos serranos de la pobreza en que se encuentran. "abandonados de todos pero no por Dios", como solía repetir.
        Predicó el Evangelio asumiendo el lenguaje de sus feligreses para hacerlo comprensible a sus oyentes. Celebró los sacramentos, llevando siempre lo necesario para la Misa en las arganas de su muta. Ningún enfermo quedaba sin los sacramentos, para lo cual ni la lluvia ni el frío lo detenían. "Ya el diablo me va a robar un alma", decía. Se entregó por entero a todos, especialmente a los pobres y alejados, a quienes buscó solicitadamente para acercarlos a Dios.
        Pocos días después de su muerte, el diario católico de Córdoba escribe: "Es sabido que el Cura Brochero contrajo la enfermedad que lo ha llevado a la tumba, porque visitaba largo y hasta abrazaba a un leproso abandonado por ahí". Debido a su enfermedad, renunció al Curato, viviendo unos años con sus hermanas en su pueblo natal. Pero respondiendo a la solicitud de sus antiguos feligreses, regresó a su casa de Villa del Transito, muriendo leproso y ciego el 26 de enero de 1914.

martes, 27 de marzo de 2012

Empanadas cordobesas


 EMPANADAS CORDOBESAS

Las empanadas cordobesas tienen la particularidad de no llevar huevo y son muy jugosas. Para acompañar: un cabernet sauvignon sanjuanino.
Tiempo de preparación: 15 a 30 minutos
Tiempo de cocción: de 15 a 30 min.


Ingredientes


 2 cucharadas de grasa de pella
  300 gramo/s de Cebolla de verdeo
  1 unidad/es de Morrón rojo
  2 unidad/es de Tomates perita pelados y picados
  3 unidad/es de Zanahorias en cubitos
  500 gramo/s de Bola de lomo
  1 cucharada/s de Pimentón dulce
  1 cucharada/s de Comino
  Cantidad a gusto de Sal y Pimienta Negra de molinillo
  1 cucharada/s de Pasas de uva
  200 gramo/s de Aceitunas Verdes descarozadas
  24 unidad/es de Discos de empanadas para horno
  1 unidad/es de Huevo
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Preparación


- Rehogar en una cacerola con la grasa, a fuego suave, la cebolla de verdeo picada. Sumar los tomates pelados y picados, el morrón picado y las zanahorias cortadas en cubitos. Cocinar unos 10 minutos, hasta que los vegetales estén tiernos. Agregar la carne y los condimentos, salpimentar y continuar la cocción sólo hasta que la carne cambie de color. Retirar, incorporar las pasas y dejar enfriar muy bien 


- Distribuir el relleno en los discos y colocar 1 aceituna entera descarozada en cada una. Cerrar, hacer un repulgo a gusto y, una vez armadas, pincelarlas con el huevo diluido en 1 o 2 cucharadas de agua 






- Cocinar las empanadas en horno precalentado, a máxima temperatura, unos minutos (varía según los hornos) hasta que estén doradas.  Hay quienes prefieren freirlas en grasa bien caliente y quienes las espolvorean con azucar...

Torta frita

 Tortas fritas argentinas


1 Kg. de harina de trigo
1 Kg. de grasa de vaca 
1 taza o 2 de agua tibia
1 cucharada de sal gorda


Para hacer las tortas fritas argentinas, poner en una taza el agua tibia con 1 cucharada colmada de sal gruesa y revolver. 


Colocar en un bol 3/4 Kg de harina y, en el centro, poner 4 cucharadas de grasa de vaca. Agregar agua poco a poco, e ir revolviendo (con un tenedor es más fácil para mezclar la grasa), hasta que vaya tomando la masa. Si es necesario, se le agrega un poco de agua. 


Una vez que la masa de las tortas fritas argentinas tomó cuerpo, sacarla del bol y amasar hasta que no se pegue en las manos. Si es necesario puedes agregar pequeñas cantidades de harina hasta que deje de pegarse.


Mientras hacemos la masa de las tortas fritas argentinas, echar en una olla chica la grasa, y la ponemos al fuego, al mínimo.


Vamos a ir cortando trozos de masa y hacemos como "chorizos" de más o menos 4 cm de diámetro. Cortamos los chorizos en trozos de 4 cm de largo y los estiramos en forma de círculos o discos, hasta conseguir unas tortas finas. Les hacemos un agujero en el medio y los vamos reservando hasta tener lista toda la masa de las tortas fritas argentinas.


Cuando la grasa que teníamos al fuego esté en ebullición, la echamos en una olla donde freiremos las tortas fritas argentinas. Habrá que freírlas por ambos lados, dejando más o menos 2-3 minutos por cada lado.


Una vez que las tortas fritas argentinas estén de un color marrón clarito, las retiramos y colocamos en una fuente con papel absorbente abajo.


Le damos el toque final a las tortas fritas argentinas, espolvoreándolas con un poco de azúcar.


Otra variante es agrgarle azúcar a la masa para que sea dulce, también podemos incorporarle polvo de hornear, o hacerlas con harina leudante. Hay quienes optan por incorporarle leche o huevo al amasijo.
Para los que les gusta la harina integral, la variante es muy recomendable.
Todo es cuestión de probar...




Leyenda del ceibo







                                         Leyenda de la Flor del Ceibo

Cuenta la leyenda que en las riberas del Paraná, vivía una indiecita fea, de rasgos toscos, llamada Anahí. Era fea, pero en las tardecitas veraniegas deleitaba a toda la gente de su tribu guaraní con sus canciones inspiradas en sus dioses y el amor a la tierra de la que eran dueños... Pero llegaron los invasores, esos valientes, atrevidos y aguerridos seres de piel blanca, que arrasaron las tribus y les arrebataron las tierras, los ídolos, y su libertad.


Anahí fue llevada cautiva junto con otros indígenas. Pasó muchos días llorando y muchas noches en vigilia, hasta que un día en que el sueño venció a su centinela, la indiecita logró escapar, pero al hacerlo, el centinela despertó, y ella, para lograr su objetivo, hundió un puñal en el pecho de su guardián, y huyó rápidamente a la selva.


El grito del moribundo carcelero, despertó a los otros españoles, que salieron en una persecución que se convirtió en cacería de la pobre Anahí, quien al rato, fue alcanzada por los conquistadores. Éstos, en venganza por la muerte del guardián, le impusieron como castigo la muerte en la hoguera. La ataron a un árbol e iniciaron el fuego, que parecía no querer alargar sus llamas hacia la doncella indígena, que sin murmurar palabra, sufría en silencio, con su cabeza inclinada hacia un costado. Y cuando el fuego comenzó a subir, Anahí se fue convirtiendo en árbol, identificándose con la planta en un asombroso milagro.


Al siguiente amanecer, los soldados se encontraron ante el espectáculo de un hermoso árbol de verdes hojas relucientes, y flores rojas aterciopeladas, que se mostraba en todo su esplendor, como el símbolo de valentía y fortaleza ante el sufrimiento.





Leyenda del Hornero





                                   Leyenda del Hornero Pájaro Nacional

Amanece en el norte cordobés. En este paisaje donde todo es auténtico y natural tenía su asentamiento una tribu de indios laboriosos, pacíficos, mezcla de sanavirones y diaguitas.
Allí vivía un indio anciano acompañado solamente por su nieto Jahé, un muchacho fuerte y trabajador.
Su abuelo le había enseñado el oficio de albañil y él, solidario con las otras familias de la tribu, les ayudaba a construir sus pobres casas reemplazando los toldos de ramas y cueros.
Una tarde, cansado de la dura jornada del día, se acostó a la sombra de un árbol cercano al arroyo, cuando vio que una muchacha muy hermosa caminaba apresurada por el sendero.
El. joven quiso seguirla pero ella no le dio tiempo y se perdió en la espesura del bosquecillo de jarillas, retamas y espinillos…
Pero sí tuvo tiempo para mirarlo y sus ojos se encontraron.
Ambos supieron que había nacido entre ellos el amor a «primera vista».
Jahé contó a su abuelo el fugaz encuentro.
-Ten cuidado. No mires tan alto. Ella es la hija de nuestro cacique. No será fácil llegar a esa muchacha y conquistar su amor.
Buen razonamiento del abuelo. Yunka, la india, tenía muchos pretendientes y un padre muy severo que aspiraba para su hija un esposo de mayor jerarquía.
Pero Jahé no se desanimó, se propuso hacer lo que fuera necesario para conquistar a la jovencita.
Fue así como, cuando el cacique llamó a los hombres jóvenes de la tribu para someterlos a una difícil prueba, él estuvo entre los primeros.
La prueba era dura. Los aspirantes a la mano de Yunka debían ser envueltos en la piel fresca de una vaca y dejados al sol.
Al irse secando el cuero se encogería, apretando y estrechándolos con gran dolor.
El que resistiera más tiempo, o sea el más duro y fuerte, se convertiría en el esposo de su hija.
El día señalado, ocho pretendientes fueron envueltos y dejados en el campo al aire y al sol.
Uno a uno los indios que no soportaban el tormento fueron abandonando.
Pasados unos días sólo fueron quedando dos; Jahé y Aguará.
Cuando este último pidió que lo liberaran de la terrible prisión, la gente de la tribu vino a sacarlo y lo acompañó hasta su rancho.
Cuando regresaron para declarar vencedor a Jahé vieron asombrados que, de la enrollada piel salió una avecilla que voló y se asentó en un árbol cercano.
El fuerte y valeroso albañil se había convertido en un pájaro que con un silbo muy agudo saludaba a su libertad.
Yunka quedó desilusionada y muy triste. Se encerró su rancho y se negó a salir. Pero un día, ante el asombro de sus padres y vecinos, también levantó vuelo y fue a reunirse con su amado que la esperaba en el bosque.
El bueno de Tupá, dios de los indios, se había apiadado de ella y la convirtió en la compañera de Jahé.
Como señal de buen augurio aquella noche cayó una lluvia mansa que lavó el campo, los árboles y las penas…
Y a la mañana siguiente, todos vieron cómo la pareja de avecillas amasaba con sus patitas el barro de una charca y lo mezclaba con trocitos de paja.
Allá en lo alto, en la horqueta del algarrobo del rancho de su abuelo, el pájaro comenzó a construir su nido con el barro que le alcanzaba en el pico su hermosa compañera.
Mientras cantaban su canción de amor que posiblemente traducida a nuestro idioma diría:
Nuestro nido no será de plumas
Son livianas, volarán.. .
Mejor lo hagamos de barro
Bien seguro y abrigado
En donde nuestros hijitos,
sin peligro crecerán
Y será nuestra casita
Nido de felicidad…


<<Y como la casita que construyeron tenía la forma de un horno para cocer pan, a esas avecillas que según los estudiosos pertenecen a la familia Furnarildae comenzaron a llamarlos horneros».*
El nido tiene dos compartimentos y está muy bien orientado para que ni la lluvia, el calor, la furia del viento o ningún intruso molesten a Yunka, cuando ponga sus cinco huevos y se eche a empollar.
* Leopoldo Lugones: Fábulas Nativas. Ed. Kapeluz 1924.
Extraída de Leyendas cordobesas, argentinas y latinoamericanas. María Amalia Maza de Miranda. Ediciones del Boulevard. 2005.

leyenda de la yerba mate





                                             Leyenda de la yerba mate

Un día la luna y la nube, transformadas en dos niñitas muy bellas, quisieron bajar a la tierra pero cuando lo hicieron, perdieron los poderes. Comenzaron a caminar por los bosques, observando los árboles, oliendo el perfume de las flores, saboreando los frutos, cuando oyeron los rugidos del yaguareté. En el tronco de un árbol, la fiera se preparaba a saltar sobre ellas. Las niñas cerraron los ojos pensando resignadas que morirían bajo sus garras cuando oyeron un silbido, un rugido y un golpe. Abrieron los ojos asombradas y vieron al yaguareté tendido en el suelo y a un joven indio que se acercaba al tigre. Las niñas desaparecieron rápidamente porque no podían ser vistas por los ojos de ningún ser humano. El indio, contento con su presa, Se durmió  profundamente y soñó que una hermosa joven se acercaba a él y le regalaba una planta, diciéndole que era en agradecimiento por haber salvado a Yasí, la luna. Le explicó que esa planta nueva se llamaba Caá y servía para preparar una bebida que acercaba los corazones de los hombres y alejaba la soledad. Cuando el cazador despertó, descubrió en el bosque, muy cerca suyo una planta nueva: la yerba mate, la yerba milagrosa. Siguiendo las instrucciones de Yasí, tostó las hojas, las puso en una calabacita, vertió agua y con una caña probó la bebida. ¡Le pareció deliciosa! Quiso compartir la bebida con toda la tribu y de mano en mano, el mate fue pasando. Así nació el mate, el premio de Yasí al pueblo guaraní por haberle salvado la vida.

viernes, 23 de marzo de 2012

Programa radial

Desde el domingo 18 de marzo del 2012, todos los domingos de 8 a 12 hs estaremos compartiendo la mañana con buena música folclórica de todos los tiempos, leyendas argentinas, mitos, creencias, efemérides, recetas criollas y todo lo que denote nuestro común interés.
Cada domingo los chicos tendrán su rincón con música folclórica especialmente dedicada a ellos.
Compartiremos reportajes, música en vivo, información de eventos y cada domingo un homenaje especial.

19 de Febrero de 1947 – Nace Jorge Luis Marziali, en la Ciudad de Mendoza. Cantautor.En 1972 editó -en Mendoza- una placa con cuatro obras en, mientras estudiaba Ciencias dela Comunicación. Fue redactor de la agencia "Clarín" en aquella ciudad y de "El diario", publicación dirigida por Jacobo Tímerman.En 1976 se radicó en Buenos Aires y se desempeñó en el área de Educación de "Clarín", al tiempo de dirigir una página sobre música popular en el mismo medio gráfico.En 1983 edita su primer disco bajo el título de "Como un gran viento que sopla". Sus obras "Este Manuel que yo canto" (dedicada a Manuel Castilla) y "Coplas de la libertad (con versos de Daniel Garibaldi) calaron hondo en el gusto popular. Conduce, al mismo tiempo, un programa sobre música popular en Radio Belgrano.En 1986 edita "Marziali cerca nuestro" y se consagra como trovador con dos obras fundamentales: "Los obreros de Morón y Cebollita y huevo".En 1989 aparece "Marziali de diario", con portada de Hermenegildo Sábat y presentación de María Elena Walsh. Su obra "Yo elijo criollos" se convierte en un clásico del cancionero nacional.Viaja por el país con sus canciones ofreciendo recitales y charlas en diversas Universidades y Centros Culturales.En 1997 gana con "El niño de la estrella", el primer premio (rubro canción) en el concurso "30 años de la muerte del Che Guevara", organizado por la FUA y la Comisión permanente de apoyo a Cuba.En 1998 viaja a La Habana, ofreciendo sus canciones en plazas y recintos culturales de la capital cubana.Ese mismo año es declarado "Maestro del alma" por la Secretaría de Cultura dela Ciudad de Buenos Aires. Edita "¿Y por qué?", un disco con canciones infantiles.En 1999 aparece "Miradas", álbum en el que se destacan obras como "El hombre pollo" y la citada "El niño de la estrella"En el 2004 aparece "Padentrano", disco en el que hace un rescate de varios de los compositores fundamentales de canciones de raíz criolla, como Hilario Cuadros, Chabuca Granda, Zitarrosa, Buenaventura Luna y Tejada Gómez, entre otros.En setiembre de 2007 aparece "San Lagente", álbum con temáticas y ritmos urbanos. Se destacan allí "Cuando Perón era Cangallo", "Así hablaba Don Jauretche" y una nueva versión de "Los obreros de Morón" con la participación de Alfredo Ábalos.En setiembre de 2010 aparece su primer libro de poemas, bajo el título de "El amor en otro sitio". Se encuentra en imprenta "Elogio del estar despierto".Fallecio el 9 de Julio de 2017.Obras: Aquí me gusta la vida (con Humberto Cosentino) – Canción al oído de una muchacha (de Antonio Esteban Agüero) – Cebollita y huevo – Chamarrita pa repartir – Como un gran viento que sopla (con Diógenes Garibaldi) – Cristo de la quebrada – Decimas del tiempo (con Diógenes Garibaldi) – El Cuchi musiqueador – El niño de la estrella – Elogio de la ternura – Este Manuel que yo canto – Florecer de la nostalgia (con Eugenio Inchausti) – La de Kayhan (con Juan Falú) – La Sixto Violín (con Raúl Carnota) – Los obreros de Morón – Mendoza esta – Milonga del hambre (Con Alberto Suarez) – Para tenerte cerca – Tonada de luz (con Carmen Guzmán) – Y sueño una farolera – Yo soy Juan (con Juan Falú), entre otras.